Monday, May 29, 2006

De los dudosos dones


Es mi prerrogativa de mujer
darles a mis hijos la muerte con la vida.
Cada uno de ellos
tiene su fin marcado
en el ignoto calendario de sus días.
No pensé al engendrarlos,
ni cuando los empujé
lejos de mí para tenerlos cerca,
que les otorgaba el fin
como ingrata consecuencia del principio.
Hoy que los veo ser y estar
fluctuar y resollar en aguas
que, inevitablemente,
resuenan mareas en mi vientre,
no sé qué palabras usar como consuelo;
ni cómo explicarles que no fue mi intención jamás
traerlos aquí
a este mundo
para que lo hollaran apenas un instante.
Un instante quizás
es suficiente.

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